Me agarro de estas palabras expresadas por nuestro presidente al iniciar esta situación

Me agarro de estas palabras expresadas por nuestro presidente al iniciar esta situación, me uno a las preguntas, reflexiones, ideas, enseñanzas y hasta conclusiones, que quizás, muchos de ustedes estén sacando de este tiempo que nos toca vivir.

¿Quién se hubiera imaginado, que a estas alturas estaríamos metidos en  nuestras casas por voluntad propia? ¿Quién se hubiera imaginado que existirían tantas muertes, incertidumbre y temor instalado alrededor del mundo?

¿Quién se hubiera imaginado que nuestras idas al supermercado, al shopping o a los lugares que frecuentamos serían interrumpidos? Nadie.

Nadie se imaginó que tendríamos que evitar demostrarnos afecto, amor, abrazarnos, saludarnos, tocarnos.

Pero tampoco nos imaginamos que esta situación, de alguna manera también nos está haciendo mucho bien… ¿Por qué?

Porque de una u otra manera Dios nos está llamando a la quietud, al silencio, a la reflexión, a la introspección…

El miedo, la incertidumbre y el temor hoy más que nunca son los que caminan en las calles, mientras nosotros nos resguardamos en casa. Es un tiempo de poder despertar al  guerrero que guardamos dentro, es tiempo de multiplicar nuestra fe, nuestra esperanza. ¡Es tiempo de mirarlo a Dios!

No bajes los brazos del clamor, no calles en tu boca el proclamar sanidad, salvación y restitución del mundo entero.

Seguí cuidando de vos, de los tuyos, de todos nosotros y aprendamos a ser más empáticos, demostrando el amor de Cristo a través de nuestros actos. 

Que nuestros perfiles en redes sociales, más allá de estar asediados de información de todo tipo, muestren algo positivo, compartamos buenas noticias, expandamos la Palabra, celebremos cada victoria de este mal, y sigamos orando. 

No existe ni existirá algo más pacificador y poderoso que la oración, y es el tiempo en que cada hijo de Dios doble sus rodillas al Creador. De cada tiempo que mantengas en su Presencia, saldrás más fuerte y con más esperanza. ¡Dios te escucha, nos escucha! 

Y, posiblemente el mundo haya dejado de sintonizarlo y escucharlo por demasiado tiempo, y este es el tiempo de hacerlo. 

Te envió fuerzas sea cual fuera tu circunstancia, te pido paciencia, te pido fe que no se desvanezca. Pero sobretodo amor, ese que te va a llevar a clamar por otros, a levantarte y a seguir. 

Paraguay, de esta salimos, no estás vencido, una de tus más históricas batallas está próxima a terminar. De esta vamos a salir más fuertes.

 

Por Andrea Medina